En una ocasión mi abuela me descubrió masturbándome pero no me regañó, un día estaba muy caliente y no pude resistirme con mucha pena me acerqué y le pedí que si podía hacerme un oral sorprendentemente ella aceptó, desde entonces le pedía en multiples ocasiones y me dejaba venirme dentro de su boca me encantaba que se quitaba la dentadura y se sentía muy rico sus encías